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martes, 7 de enero de 2020

Informe de diagnóstico. Vistas a fincas con vides.

A continuación se presentaran casos observados en una misma finca.
Para cada caso se plantean alternativas de solución generales.

Parral Cereza Viejo. Se observan plantas viejas que coexisten con plantas nuevas. Para optimizar el desarrollo de la planta vieja y garantizar una producción adecuada, se debe proceder a eliminar la planta vieja. Esto se observa en más de un cuadro, por lo que se recomienda planificar la labor a razón de un cuartel/año, para que no exista un gran impacto en la producción. La eliminación de la planta vieja, en el corto plazo, producirá una disminución temporal de la producción. Luego la producción aumentará (por mejoras en los elementos de sostén y carga).
En algunas situaciones se observan signos de intoxicación con boro y cloro. Es normal una acumulación de sales a lo largo de la temporada. Sin embargo, esto puede interpretarse como una deficiencia en el riego, por una carencia de lámina de lixiviación o por tratarse de un sector ligeramente más alto.




Figura 1. Síntoma de intoxicación con boro en planta de cereza.

Plantas enmaderadas. Se observan plantas enmaderadas y con formación de braceros que van hacia el centro de la melga. Este tipo de formación dificulta la conducción de savia y reduce la fertilidad de las yemas. Por otra parte, impide algunas labores con tractor. Se recomienda una poda de rejuvenecimiento al 25%. Esto es que, bajo el supuesto de que existan cuatro braceros por planta, se elimine un bracero por año, redistribuyendo la carga (pitones y/o cargadores) en los demás braceros. De este modo, no debería haber disminución en la producción. Sin embargo, se requiere una estimación del potencial de carga (cantidad de yemas por planta a dejar) con ecuaciones que contemplen casos de bajo, medio y alto vigor. Se recomienda antes de la poda realizar peso de poda y porcentaje de brotación para llegar a las ecuaciones de poda que respondan a la capacidad de las plantas.


Figura 2. Braceros enmaderados hacia el interior de la melga.



Figura 3. Planta nueva en el mismo espacio que una planta vieja.


Figura 4. Plantas con excelente expresión vegetativa síntomas de intoxicación por cloro ni boro.

Plantas con brazo muerto. Se trata de una enfermedad lenta y progresiva que afecta la madera. Es un conjunto de hongos xilófagos que ingresan por las partes superiores y avanzan hacia el interior e inferiores. Se podrán eliminar los brazos enfermos hasta llegar a zonas sin infección o de aspecto sano (blanco). Luego de grandes cortes, para evitar la inseminación con nuevo inóculo, se podrá pintar con látex al agua + 500 g de captan / oxicloruro de cobre o carbendazim. No se aconseja realizar mugrones desde plantas enfermas, ya que la nueva planta estará infectada.


Figura 5. Plantas con hoja malvón o brazo muerto.

Parral Cereza Nuevo. Se observa un sector de parral con baja expresión vegetativa. Esto se asocia a un tipo de suelo franco arenoso – arenoso y al resultado de labores con tractor que pueden estar afectando la zona de exploración de raíces.
Se observa que el control de malezas, en la mayoría de la finca, es principalmente con tractor + uso de destroncado. No se recomienda el uso de destroncado y se sugiere el aumento de uso de herbicida.

Malezas. Se observa en todos los cuarteles en mayor o menor medida. Una dosis de mantenimiento es de 3-4 l/ha. En sectores con mayor densidad se debe aplicar a razón de 5-6 l/ha. Se recomienda iniciar el período de aplicación con malezas de hasta 15 cm. Mayor altura implica mayor erogación, mayor gasto y mayor dificultad. Para un completo control de malezas es necesario un uso herbicidas de modo permanente y por un plazo no menos a tres temporadas (no es el caso observado).
En las situaciones en donde la maleza haya crecido por encima el nivel normal, se debe emplear desmalezadora (o rastra en su defecto), previa aplicación del herbicida.
El control más importante, para este tipo de malezas, se realiza durante el cierre del ciclo (marzo-abril). Cuando se usan herbicidas sistémicos en otoño (glifosato), este se traslada a los órganos de reserva, produciendo un control más efectivo. Se recomienda una dosis de 3-6 l/ha para un gasto no superior a 200 l/ha con mochila (regulación de caudal con picos de menor volumen). En condiciones difíciles, se puede combinar glifosato con MCPA a razón de 1,5 l/ha. La aplicación se hace cubriendo el ancho de trabajo, según pico y sin mover brazo de un lado hacia otro. Pico ideal: abanico plano 0,1-0,2 110, manteniendo el brazo quieto y garantizando una aspersión pareja, mientras el aplicador camina en línea recta. La cobertura completa se debe lograr por la superposición del ángulo de cobertura (110) entre ida y vuelta.
En primavera – verano deberá haber un mínimo de 3 a 4 intervenciones químicas. Durante la temporada en verde se recomienda el uso de herbicidas + desbrozadora para evitar el uso de rastra y el daño en raicillas nuevas.
Es importante tener en cuenta: de existir raíces superficiales, estas se podrán romper al controlar malezas con rastra. En este caso es mejor usar una desbrozadora. El control con herbicidas es muy efectivo y más eficiente cuando las malezas son pequeñas.

Manejo de suelo arenoso. Para mejorar la retención de humedad y nutrientes, incrementando los contenidos de materia orgánica en el suelo, se podrá incorporar guano a razón de 30-40 t/ha en hoyos o zanjas. La época de incorporación va desde mediados de mayo a principios de julio. Existen tres meses para que ocurra un proceso de descomposición de la materia orgánica y liberación de nitrógeno. Es por este motivo que no se recomienda demorar la labor de incorporación por encima de la época señalada.


Figura 6. Presencia de malezas (cañota) en parral Cereza Nuevo. Suelo arenoso.

Manejo de sectores salinos. En general se observa un fuerte proceso de salinización. Se desconoce el origen. Esto puede atribuirse a la presencia de caliche o una capa compactada en profundidad. Se descarta la presencia de freática cercana como fuente del proceso. Es necesario realizar dos-cuatro calicatas (al comienzo y final de la finca) para evaluar la posibilidad de generar zonas de drenaje que permitan aplicar riegos de lavado.
Cuando se aplica una lámina de agua igual a la profundidad de suelo que se desea lavar, se elimina un 80% de sales. Es necesario tomar una muestra de suelos para determinar conductividad y RAS. Las oportunidades de mejora están en: crear sectores de drenaje, aplicar láminas de lavado y hacer incorporaciones de materia orgánica en hoyos cerca de las plantas o zanjas.

Realización de zanjas en otoño-invierno. Estas pueden ser complementadas con hoyos (90 cm en 4 puntos proximales a la planta) y rellenarlos con restos de poda, troncos, braceros, monte y/o guano. Esto garantizaría un sector de drenaje y aireación, facilitando el crecimiento de nuevas raíces. Al tapar, se forma el riego y se realiza el mismo trabajo, luego de tres o cuatro años en la otra melga, cuando se haya restablecido las raíces que se rompieron durante la ejecución del trabajo. No es conveniente ejecutar dos temporadas continuas de labores profundas (año por medio melga por medio), ya que se pone en riesgo la cantidad de raíces necesarias para una producción normal. Las zanjas deben tener un mínimo de 40 cm de profundidad. Se recomienda el agregado de fuertes cantidades de materia orgánica en zanjas de más de 60 cm, previa realización de calicata, para mejorar la retención de agua en el perfil, captación de nutrientes y distribución de raíces.

Incorporación de materia orgánica. Esta se realiza 4-5 meses antes de la época de máxima demanda. En este tiempo se producirá la liberación de nutrientes por procesos de mineralización – nitrificación, en el caso de guanos de cabra o caballo. Guanos de gallina, asociados a contenidos de nitrógeno del 3%, pueden ser incorporados un mes antes de la época en la que sea requerido. En todos los casos, se recomienda, para una mayor efectividad del uso de nutriente y propiedades físicas del guano, su incorporación. Las dosis sugeridas son hasta 4 t/ha para guanos de gallina y hasta 40 t/ha en el caso de guano de cabra.  Cuando el objetivo de la práctica es generar un mulch o cobertura orgánica, para evitar pérdidas de humedad del suelo por evaporación o para evitar formación de costras superficiales, se debe aplicar sin incorporar. Según se observa, no se trata de esta situación.
  


Figura 7. Parral salinizado.
  


Figura 8. Parral con fallas por presencia de sales.

Se observan rodales de amplitud variable que responden a signos de salinización e intoxicación con boro y cloro. Se crea el supuesto que es un proceso originado por problemas de nivel y fallas en la distribución de agua. Los sectores ligeramente altos, siempre funcionaran como sitios en donde se depositan las sales generadas por ascenso capilar.
Se recomienda analizar niveles, para lo que se puede contratar a un agrimensor o a alumnos de agronomía con la materia Topografía aprobada.
  


Figura 9. Parral Criollo con síntomas de intoxicación de cloro y boro.

Riego: dado que se conocen los tiempos de riego por cuartel, la frecuencia de riego y se considera un estado vegetativo correcto, sólo se recomienda no realizar roturaciones por labranza, mantener el control de malezas, para facilitar el avance del agua. Se podría, como mejora, tomar los tiempos de avance (cabecera a pie) y evaluar si la cantidad de regueras abiertas durante un riego es adecuada.


Figura 10. Falla en Cereza viejo por posibles desniveles y problemas de distribución de agua.

Conclusiones.

Se recomienda hacer un control de niveles y eliminación de altos. Sectores salinos, podrán dejarse, momentáneamente, como bajos para que tengan mayor provisión de agua y se facilite el proceso de eliminación de sales.
Se deberá garantizar el drenaje de suelos en procesos de salinización, por lo que se recomienda hacer calicatas para conocer la presencia de caliche o impedimentos en profundidad y conocer la capacidad de infiltración de los suelos dada por los cambios de textura.
Se recomienda hacer porcentaje de poda y peso de poda para ajustar la riqueza de carga a la capacidad por cuartel y variedad.
Se podrá emplear el uso de guano como mejorador de las propiedades físicas del suelo, sobre todo en sectores con procesos de salinización. Esta incorporación se podrá realizar entre mayo y julio, en zanjas profundas u hoyos de más de 90 cm de profundidad (según indique la calicata) con incorporación de materia orgánica a razón de 30-40 t/ha (excluir al guano de gallina en este criterio).
Para el control de cañota se debe evitar el uso de rastra en los meses de primavera y verano. Es preferible el control con herbicida en alta concentración: 5-6 l/ha de glifosato en no más de 250 a 300 l/ha de agua.
Plantas que no llegan al alambre en el primer año, deberán ser podadas a dos yemas.
Plantas viejas deberán ser eliminadas en los espacios en donde exista una planta nueva.
Las plantas enmaderadas deberán ser podadas con un criterio de renovación al 25%, eliminando un bracero por año.
En sectores arenosos el riego deberá ser más seguido (frecuente) con unidades de riego más pequeñas. En estos casos la distancia de cabecera a pie no debería ser superior a 80 - 100 m.

Para mayor información, comuníquese con su Ingeniero Agrónomo de confianza.

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