A continuación se presentaran casos observados en una misma finca.
Para cada caso se plantean alternativas de solución generales.
Parral Cereza Viejo. Se
observan plantas viejas que coexisten con plantas nuevas. Para optimizar el
desarrollo de la planta vieja y garantizar una producción adecuada, se debe
proceder a eliminar la planta vieja. Esto se observa en más de un
cuadro, por lo que se recomienda planificar la labor a razón de un cuartel/año,
para que no exista un gran impacto en la producción. La eliminación de la
planta vieja, en el corto plazo, producirá una disminución temporal de la
producción. Luego la producción aumentará (por mejoras en los elementos de
sostén y carga).
En algunas situaciones se
observan signos de intoxicación con boro y cloro. Es normal una acumulación de
sales a lo largo de la temporada. Sin embargo, esto puede interpretarse como
una deficiencia en el riego, por una carencia de lámina de lixiviación o por
tratarse de un sector ligeramente más alto.
Figura 1. Síntoma de
intoxicación con boro en planta de cereza.
Plantas enmaderadas. Se observan plantas enmaderadas y con formación de
braceros que van hacia el centro de la melga. Este tipo de formación dificulta
la conducción de savia y reduce la fertilidad de las yemas. Por otra parte, impide algunas labores con tractor. Se recomienda una poda de rejuvenecimiento
al 25%. Esto es que, bajo el supuesto de que existan cuatro braceros por planta, se
elimine un bracero por año, redistribuyendo la carga (pitones y/o cargadores)
en los demás braceros. De este modo, no debería haber disminución en la producción.
Sin embargo, se requiere una estimación del potencial de carga (cantidad de
yemas por planta a dejar) con ecuaciones que contemplen casos de bajo, medio y
alto vigor. Se recomienda antes de la poda realizar peso de poda y porcentaje
de brotación para llegar a las ecuaciones de poda que respondan a la capacidad
de las plantas.
Figura 2. Braceros
enmaderados hacia el interior de la melga.
Figura 3. Planta
nueva en el mismo espacio que una planta vieja.
Figura 4. Plantas con
excelente expresión vegetativa síntomas de intoxicación por cloro ni boro.
Plantas con brazo muerto.
Se trata de una enfermedad lenta y progresiva que afecta la madera. Es un conjunto de hongos xilófagos que ingresan por las partes superiores y avanzan
hacia el interior e inferiores. Se podrán eliminar los brazos enfermos hasta llegar a zonas
sin infección o de aspecto sano (blanco). Luego de grandes cortes, para evitar
la inseminación con nuevo inóculo, se podrá pintar con látex al agua + 500 g de
captan / oxicloruro de cobre o carbendazim. No se aconseja realizar mugrones
desde plantas enfermas, ya que la nueva planta estará infectada.
Figura 5. Plantas con
hoja malvón o brazo muerto.
Parral Cereza Nuevo. Se
observa un sector de parral con baja expresión vegetativa. Esto se asocia a un
tipo de suelo franco arenoso – arenoso y al resultado de labores con tractor
que pueden estar afectando la zona de exploración de raíces.
Se observa que el control de
malezas, en la mayoría de la finca, es principalmente con tractor + uso de
destroncado. No se recomienda el uso de destroncado y se sugiere el aumento de
uso de herbicida.
Malezas. Se observa en
todos los cuarteles en mayor o menor medida. Una dosis de mantenimiento es de
3-4 l/ha. En sectores con mayor densidad se debe aplicar a razón de 5-6 l/ha.
Se recomienda iniciar el período de aplicación con malezas de hasta 15 cm.
Mayor altura implica mayor erogación, mayor gasto y mayor dificultad. Para un
completo control de malezas es necesario un uso herbicidas de modo permanente y por un plazo no
menos a tres temporadas (no es el caso observado).
En las situaciones
en donde la maleza haya crecido por encima el nivel normal, se debe emplear
desmalezadora (o rastra en su defecto), previa aplicación del herbicida.
El control más importante, para
este tipo de malezas, se realiza durante el cierre del ciclo (marzo-abril).
Cuando se usan herbicidas sistémicos en otoño (glifosato), este se traslada a
los órganos de reserva, produciendo un control más efectivo. Se recomienda una
dosis de 3-6 l/ha para un gasto no superior a 200 l/ha con mochila (regulación
de caudal con picos de menor volumen). En condiciones difíciles, se puede combinar
glifosato con MCPA a razón de 1,5 l/ha. La aplicación se hace cubriendo
el ancho de trabajo, según pico y sin mover brazo de un lado hacia otro. Pico
ideal: abanico plano 0,1-0,2 110, manteniendo el brazo quieto y garantizando
una aspersión pareja, mientras el aplicador camina en línea recta. La cobertura
completa se debe lograr por la superposición del ángulo de cobertura (110)
entre ida y vuelta.
En primavera – verano deberá
haber un mínimo de 3 a 4 intervenciones químicas. Durante la temporada en verde
se recomienda el uso de herbicidas + desbrozadora para evitar el uso de
rastra y el daño en raicillas nuevas.
Es importante tener en cuenta: de
existir raíces superficiales, estas se podrán romper al controlar malezas con
rastra. En este caso es mejor usar una desbrozadora. El control con herbicidas
es muy efectivo y más eficiente cuando las malezas son pequeñas.
Manejo de suelo arenoso.
Para mejorar la retención de humedad y nutrientes, incrementando los contenidos
de materia orgánica en el suelo, se podrá incorporar guano a razón de 30-40
t/ha en hoyos o zanjas. La época de incorporación va desde mediados de mayo a
principios de julio. Existen tres meses para que ocurra un proceso de
descomposición de la materia orgánica y liberación de nitrógeno. Es por este
motivo que no se recomienda demorar la labor de incorporación por encima de la
época señalada.
Figura 6. Presencia
de malezas (cañota) en parral Cereza Nuevo. Suelo arenoso.
Manejo de sectores salinos. En general se observa un fuerte proceso
de salinización. Se desconoce el origen. Esto puede atribuirse a la presencia
de caliche o una capa compactada en profundidad. Se descarta la presencia de
freática cercana como fuente del proceso. Es necesario realizar
dos-cuatro calicatas (al comienzo y final de la finca) para evaluar la
posibilidad de generar zonas de drenaje que permitan aplicar riegos de lavado.
Cuando se aplica una lámina de agua igual a la profundidad de suelo que se
desea lavar, se elimina un 80% de sales. Es necesario tomar una muestra de
suelos para determinar conductividad y RAS. Las oportunidades de mejora están
en: crear sectores de drenaje, aplicar láminas de lavado y hacer
incorporaciones de materia orgánica en hoyos cerca de las plantas o zanjas.
Realización de zanjas en otoño-invierno. Estas pueden ser complementadas con hoyos
(90 cm en 4 puntos proximales a la planta) y rellenarlos con restos de poda,
troncos, braceros, monte y/o guano. Esto garantizaría un sector de drenaje y
aireación, facilitando el crecimiento de nuevas raíces. Al tapar, se forma el
riego y se realiza el mismo trabajo, luego de tres o cuatro años en la otra
melga, cuando se haya restablecido las raíces que se rompieron durante la
ejecución del trabajo. No es conveniente ejecutar dos temporadas continuas de
labores profundas (año por medio melga por medio), ya que se pone en riesgo la
cantidad de raíces necesarias para una producción normal. Las zanjas deben
tener un mínimo de 40 cm de profundidad. Se recomienda el agregado de
fuertes cantidades de materia orgánica en zanjas de más de 60 cm, previa
realización de calicata, para mejorar la retención de agua en el perfil,
captación de nutrientes y distribución de raíces.
Incorporación de materia orgánica. Esta se realiza 4-5 meses antes de la
época de máxima demanda. En este tiempo se producirá la liberación de
nutrientes por procesos de mineralización – nitrificación, en el caso de guanos
de cabra o caballo. Guanos de gallina, asociados a contenidos de nitrógeno del
3%, pueden ser incorporados un mes antes de la época en la que sea
requerido. En todos los casos, se recomienda, para una mayor efectividad del
uso de nutriente y propiedades físicas del guano, su incorporación. Las dosis sugeridas son hasta 4 t/ha para guanos de gallina y hasta 40 t/ha en el caso de
guano de cabra. Cuando el objetivo de la
práctica es generar un mulch o cobertura orgánica, para evitar pérdidas de
humedad del suelo por evaporación o para evitar formación de costras superficiales,
se debe aplicar sin incorporar. Según se observa, no se trata de esta
situación.
Figura 7. Parral
salinizado.
Figura 8. Parral con
fallas por presencia de sales.
Se observan rodales de amplitud
variable que responden a signos de salinización e intoxicación con boro y
cloro. Se crea el supuesto que es un proceso originado por problemas de nivel y
fallas en la distribución de agua. Los sectores ligeramente altos, siempre
funcionaran como sitios en donde se depositan las sales generadas por ascenso
capilar.
Se recomienda analizar niveles,
para lo que se puede contratar a un agrimensor o a alumnos de agronomía con la
materia Topografía aprobada.
Figura 9. Parral
Criollo con síntomas de intoxicación de cloro y boro.
Riego: dado que se conocen
los tiempos de riego por cuartel, la frecuencia de riego y se considera un
estado vegetativo correcto, sólo se recomienda no realizar roturaciones por
labranza, mantener el control de malezas, para facilitar el avance del agua. Se
podría, como mejora, tomar los tiempos de avance (cabecera a pie) y evaluar si
la cantidad de regueras abiertas durante un riego es adecuada.
Figura 10. Falla en
Cereza viejo por posibles desniveles y problemas de distribución de agua.
Conclusiones.
Se recomienda hacer un control de
niveles y eliminación de altos. Sectores salinos, podrán dejarse,
momentáneamente, como bajos para que tengan mayor provisión de agua y se facilite
el proceso de eliminación de sales.
Se deberá garantizar el drenaje
de suelos en procesos de salinización, por lo que se recomienda hacer calicatas
para conocer la presencia de caliche o impedimentos en profundidad y conocer la
capacidad de infiltración de los suelos dada por los cambios de textura.
Se recomienda hacer porcentaje de
poda y peso de poda para ajustar la riqueza de carga a la capacidad por cuartel
y variedad.
Se podrá emplear el uso de guano
como mejorador de las propiedades físicas del suelo, sobre todo en sectores con
procesos de salinización. Esta incorporación se podrá realizar entre mayo y
julio, en zanjas profundas u hoyos de más de 90 cm de profundidad (según
indique la calicata) con incorporación de materia orgánica a razón de 30-40
t/ha (excluir al guano de gallina en este criterio).
Para el control de cañota se debe
evitar el uso de rastra en los meses de primavera y verano. Es preferible el
control con herbicida en alta concentración: 5-6 l/ha de glifosato en no más de
250 a 300 l/ha de agua.
Plantas que no llegan al alambre
en el primer año, deberán ser podadas a dos yemas.
Plantas viejas deberán ser
eliminadas en los espacios en donde exista una planta nueva.
Las plantas enmaderadas deberán
ser podadas con un criterio de renovación al 25%, eliminando un bracero por
año.
En sectores arenosos el riego
deberá ser más seguido (frecuente) con unidades de riego más pequeñas. En estos
casos la distancia de cabecera a pie no debería ser superior a 80 - 100 m.
Para mayor información, comuníquese con su Ingeniero Agrónomo de confianza.
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