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viernes, 24 de noviembre de 2023

Clorosis férrica… ¿falta de hierro o problemas de suelo?



Es muy común, en esta época, observar clorosis férrica.
En un diagnóstico visual, se observa una hoja con un amarillamiento entre las nervaduras, manteniendo las nervaduras verdes.

Se observa en hojas apicales o nuevas, ya que se trata de un nutriente poco móvil en la planta.

La deficiencia está principalmente relacionada con las condiciones de suelo que limitan la asimilación del hierro por las raíces.



Estas condiciones se encuentran usualmente en suelos con altos contenidos en fosfatos o en calcáreos.

Suelos pesados, escasamente drenados y  fríos, están más expuestos al déficit.

Las deficiencias son encontradas, generalmente, durante períodos fríos y húmedos en el transcurso de la primavera.

También Exceso de agua de riego.

Todo lo mencionado dificulta los procesos activos (con gasto de energía) de absorción de nutrientes.



Para tener en cuenta: en suelos alcalinos (normal para San Juan), queda fuertemente retenido o inmovilizado, sin poder pasar a solución (Fe2+).




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Labores en verde y preparación de uva de mesa: Superior Seedless

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Operaciones en verde

Desbrote

Como su nombre lo indica, el desbrote consiste en la eliminación de todos los brotes mal ubicados, en especial aquellos situados en la cruz, el tronco y los brazos, y siempre que no se prevea su futura utilización (renuevos). De esta manera, se excluyen todos los brotes que es­tán en posiciones indeseables, debiendo considerárselos superfluos y competidores de aquellos que verdaderamente interesan.

La aparición de un gran número de chu­pones que tienen un crecimiento vigoroso es generalmente signo de mal aprovechamiento de la capacidad de la cepa para producir fruto o, en otras palabras, que la poda es incorrecta. Bastará hacer una poda más rica (mayor número de yemas) para corregir esta situación.

Regla práctica:

Eliminar brotes dobles (dejar sólo uno, el que tenga racimos o los mejores racimos) y brotes ciegos. También se elimina el brote de la punta cuando no tiene uva, además de los chupones mal ubicados.

Despunte o pellizco del brote

En esta operación se elimina la porción terminal del brote, cortando con los dedos los últimos 10 a 15 centímetros. El momento de efectuarla coincide con plena floración. El objetivo de la práctica es procurar el mejoramiento del cuaje en aquellas variedades que naturalmente producen corrimiento como Moscatel Rosado, Alfonso Lavallee y Cardinal. La detención del crecimiento del brote, que es temporal, determina una mayor concentración de alimen­tos en la zona de los racimos y la consecución del propósito perseguido. Se aconseja en variedades de cuaje irre­gular o cuando las condiciones climáticas du­rante la floración no son las adecuadas (tiem­po lluvioso y frío).

Raleo

El raleo es una práctica que consiste en la supresión de una cierta cantidad de racimos antes de la floración, o después del cuaje, como también de granos o grupos de gra­nos (a esta práctica se la suele denominar poda del racimo), con el objeto de mejorar la calidad de las uvas. La finalidad es obtener uvas de mesa de racimos y granos más grandes, de gran uni­formidad en tamaño e intensidad de color. También se pretende, y se logra, un ade­lanto en la madurez y una distribución ar­mónica de los granos.

Raleo de racimos

Contempla la eliminación de racimos después que se ha formado el grano. El criterio que se debe respetar, como regla general, es dejar un racimo por brote. Esta práctica no incide en el cuaje pero sí en el largo y peso del racimo, volumen y peso del grano, intensidad y uniformidad en la coloración de los granos a madurez y en un adelanto de la maduración. 25 a 35 racimos por planta es una cantidad correcta para lograr máxima calidad en cuanto a calibre, precocidad y color, entre otros.

Raleo de granos, o poda del racimo


El objetivo de esta práctica es dejar un racimo suelto, con movilidad. Se lo efectúa en la mayoría de las variedades de mesa, en especial en aquellas con tendencia a producir racimos demasiado compactos; cuando por la acción del raleo de racimos, la incisión anular y el uso de los reguladores de crecimiento, hay una marcada tendencia a la producción de racimos apretados. Consiste en eliminar bayas de la parte interna del racimo próximas al raquis, o algunas laterales de las ramificaciones. El efecto buscado es lograr el máximo tamaño de los granos, sin que se produzca la compresión entre ellos. Tampoco el efecto contrario; es decir, que se vean los racimos demasiado paludos.

Entre las técnicas más usadas se nombran: espina de pescado y cintura o 3-4-3. En el primer caso, con dos dedos y sosteniendo el racimo desde el extremo final, se eliminan todas las alas que tocan los dedos en un recorrido ascendente. Se aplica en Superior Seedless, Flame Seedless, Thompson Seedless y Crimpson Seedless. De esta forma, por ejemplo, en Superior Seedless, un racimo de 150 a 170 bayas queda con 90-100 bayas que, a razón de 5 g/baya, logra un peso promedio de 450 g - 500 g. Para el mismo efecto, es más simple hacer espina de pescado, eliminando todas las alas que tocan los dedos índice y pulgar en una pasada desde abajo hacia arriba (se desgajan alas de dos caras del raquis).


En el caso de cintura o 3-4-3 se dejan las tres primeras alas, se eliminan las 4 siguientes y se dejan las tres del final del racimo. 


En Red Globe, suelen eliminarse las dos primeras alas y se dejan las cinco o seis siguientes. En otro caso, se dejan las cuatro o cinco alas superiores eliminando el resto. Todo esto dependerá de la forma general de los racimos. Así, una Red Globe con 100-120 bayas (10 g/baya) quedaría con 70-80 bayas para un racimo final de alrededor de 700 g. Realizar el conteo de bayas resulta útil para controlar la labor y garantizar un posterior incremento en el tamaño de las bayas. Este trabajo se complementa con el descole.


Regla práctica: en variedades de bayas medianas se dejan de 90 a 100 bayas/racimo; en variedades de bayas grandes se dejan de 70 a 80 bayas/racimo.



Descole o despunte del racimo:

La regla general de corte es la que está determinada por la longitud de una tijera desde el pedúnculo (se elimina entre el 10 y el 30% de la longitud total del racimo, dependiendo de la variedad). Se asegura una mejor apariencia.

 

Regla práctica: regular la longitud del racimo según el tamaño de la tijera de mano.

Incisión anular

La práctica denominada incisión anular o anillado consiste en la eliminación de un anillo de corteza, que puede efectuarse tanto en el tronco, en los brazos o cargadores, como también en el brote herbáceo.

Efectos de la incisión

La extracción del anillo de corteza, a cualquier nivel, produce la interrupción del descenso de sustancias alimenticias elaboradas por las hojas. Como consecuencia, aumenta la concentración de hidratos de carbono (azúcares), en el área por encima de la incisión. Esta sobrealimentación forzada produce, según la época, un efecto distinto. Esta práctica produce debilitamiento de las cepas.

Para mejorar el cuaje: efectuada durante la floración, la incisión anular produce un incremento en el número de granos cuajados, especialmente en variedades sin semilla.

Para aumentar el tamaño de los granos realizada después del cuaje, cuando el grano está en período de rápido crecimiento, produce en variedades sin semilla aumentos de tamaño del orden del 30% al 40%. En variedades con semilla, el efecto es mucho menos intenso y el resultado de su utilización es dudoso; por lo tanto, no es aconsejable.

Para adelantar la maduración: cuando la incisión anular se practica antes de comenzar el envero, se logra un significativo adelanto en la maduración, un aumento del volumen de los granos y una gran uniformidad en la coloración. En San Juan, cuando esta labor se efectúa entre el 25 de noviembre y el 10 de diciembre, se logran cerca de 10 días de precocidad.




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