Observación.
El 80 % de las raíces se
encuentran antes de los 40 cm de profundidad, siendo la zona de mayor
extracción. A los 10 cm se observa una raíz gruesa y horizontal. Esto indica
que las condiciones en profundidad son hostiles para el desarrollo de raíces.
La primera capa se suelo es de textura franco arcillosa a arcillosa. Le sigue
una capa de 15 cm de arcilla, luego hay 10 cm de acumulación de materia
orgánica (fondo de laguna), posteriormente 15 cm de arcilla y finaliza en una
textura arenosa en profundidad. Los cambios de textura están ligados a cambios
de velocidad de infiltración por diferencias en los tamaños de los capilares
que se conforman en el suelo. Se produce retención de agua entre capa y capa en
la zona de interfase. Esto genera acumulación de agua en la zona de exploración
radical y anoxia o asfixia.
La raíz necesita una combinación
teórica del 50% de fase sólida, 25% gaseosa y 25% líquida. Cuando se produce
un riego, se satura el perfil de agua desplazando al aire; sin embargo, luego
de 48 h debe restablecerse el equilibrio en un suelo normal. Si esto no ocurre, la raíz comenzará a
asfixiarse. Las raíces se observan rojas, por acumulación de ácido acetil
salicílico, por lo que se corrobora la existencia de anoxia y que el agua
permanece retenida en el perfil por un período prolongado.
Se observa una ligera coloración
rojiza en el perfil, lo que está relacionado con procesos de óxido reducción
que indicarían un nivel de fluctuación de agua, no marcado, a los 40 cm. Esto
puede estar originado por el proceso que se explicó o por la presencia de freática.
Dado que no existe un indicativo visual que corrobore la presencia de freática
a 40 cm (salinización o maleza indicadora), se admite que la fluctuación de
agua es por acción humana. Se supone que el riego está realizándose con láminas
altas o gran volumen en unidades de riego de gran tamaño. Los problemas de
drenaje e infiltración por cambio de texturas se producirán hasta los 80 cm.
Figura 1. Raíz
horizontalizada a los 10 cm de profundidad.
Figura 2.
Coloraciones rojas que indican anoxia.
Figura 3. Capas
pesadas de texturas arcillosas que dificultan el drenaje.
Recomendaciones.
Se sugiere, previa plantación,
realizar movimientos de suelo profundos (80 cm mínimo) para mejorar la infiltración,
rompiendo en parte, las capas de diferentes texturas. Para esto se deberá usar
subsolador, teniendo en cuenta que es necesario 1 HP por cada cm de profundidad
de trabajo. Se realizará en dos pasadas sobre la misma línea y cruzando en el
cuadro. No se deberá llegar hasta los perimetrales (riesgo de que se aflojen).
A posteriori, deben hacerse fuertes incorporaciones de materia orgánica de
cualquier origen, para mejorar las propiedades físicas del suelo (aireación,
infiltración, drenabilidad). El agregado de materia orgánica se deberá hacer
luego de pasado el subsolador y con un zanjeador. En el caso de usar guano de
cabra, se deberá garantizar un mínimo de 40 t/ha.
El orden lógico de labores será:
Arreglo de la estructura;
cosecha; arrancado (abril – mayo); laboreo de suelo (junio – julio);
incorporación de materia orgánica y, para finalizar, plantación (septiembre).
Se recomiendan riegos más
frecuentes y livianos. Esto se puede lograr disminuyendo del tamaño de las
unidades de riego. Otro factor que influye está en la nivelación (control de
niveles invierno) y la cantidad de regueras que se abren de modo
simultáneo (menor cantidad de regueras permitirán un riego más rápido y
eficiente).
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