El principal criterio a respetar es
que se debe tener una planta bien
formada antes de empezar a producir. De no existir una buena estructura, no
se podrán sustentar altas producciones en el futuro.
Criterios
1 Respetar
la regla del codo o desyemar desde el
cruce de los alambres 30 cm hacia abajo. Este sector debe quedar libre. La
vid, durante unos años, continuará con su crecimiento primario (en altura) y,
de haber elementos de sostén en el sector mencionado, estos crecerán por encima
de los alambres deformando a la planta y generando desequilibrios fisiológicos.
En este caso, dado que existe un injerto
que se ubica a los 30 cm ya está delimitado
el espacio en el que no deben existir elementos de sostén (braceros), en la
mayoría de las plantas. Un caso especial, en el que se debe respetar la regla
del codo, es cuando los injertos son débiles. En esta situación, se ata hasta
el alambre uno de ellos, el más fuerte, se despunta y desyema a 30 cm desde el
alambre (se dejan dos o tres yemas basales). Luego, la formación continua
durante la temporada en verde.
2 Existen
dos sarmientos provenientes de los injertos de vigor normal. Estos se atan
a los alambres, se despuntan y desyeman dejando sólo tres yemas basales. De
esta manera, en el futuro, de cada bracero principal (dos), saldrán dos
braceros secundarios terminando con cuatro braceros totales que podrán soportar
de dos a tres cargadores por bracero.
Esta se la denomina poda dicotómica y facilita la distribución de savia en la
planta.
3 Existen
dos sarmientos con brotes secundarios vigorosos. En esta situación se
procede dejando los dos sarmientos principales y, desde su base, se seleccionan
dos sarmientos secundarios bien posicionados. Se atan a los alambres, se
despuntan y desyeman hasta la base, dejando sólo tres yemas.
En general: primero se debe eliminar todo
tipo de crecimiento que provenga del pie o portainjerto (Cereza); segundo, se
debe despejar la planta, sacando ataduras y haciendo cortes de la madera que
evidentemente sobrará, para poder tener
una mejor visión de las posibilidades de cada planta.
Básicamente estás son tres:
Injerto débil: se aplica regla del codo y se
desyema a 30 cm desde el alambre.
Dos injertos con sarmientos normales: se atan
al alambre, se despuntan y se desyemas hasta la base, dejando tres yemas.
Dos injertos con sarmientos y brotes
secundarios vigorosos: de los principales, se seleccionan los mejores
secundarios de la base, se atan, despuntan y desyeman.
Figura 1. Injertos con signos de
alto vigor, lo que puede facilitar el proceso de formación de plantas con una
estructura adecuada.
Figura 2. Caso de injertos débiles
en el que se selecciona el mejor, se ata, se despunta y desyema a 30 cm por
debajo del alambre. La formación continúa con manejo en verde.
Figura 3. Caso más frecuente. Planta
que ya tiene liberado los 30 cm desde el alambre y los injertos nacen próximos
a esta altura.
Figura 4. En este caso, los dos
injertos fueron vigorosos y se pudo seleccionar dos brotes secundarios de cada
primario que permitió llegar a los cuatro braceros, los que también deben ser
desyemados hasta la base.
Figura 5. En este caso; por un
lado, existe un sarmiento primario (injerto) con dos brotes secundarios y; por
otro lado, un brote primario del que se desprende, desde la base, un brote
secundario que puede funcionar como bracero.
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