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lunes, 27 de abril de 2020

Informe de visita a finca. 25 de Mayo, San Juan


Observaciones y recomendaciones

Cuartel de Bonarda. Se observan signos de intoxicación con boro y cloro (ver figuras). Esto puede estar ligado al contenido salino del agua de pozo, ya que la sistematización y formación de bordos de riego es óptima y no se perciben desniveles. Por otro lado, hay grupos de plantas que tienen hojas secas que no responden a un secado por cloro. Una intoxicación por cloro genera una caiga el limbo, manteniendo el pecíolo adherido al sarmiento. Se observan hojas con signos de peronópora en estado detenido y se estima que el secado total de plantas, estuvo directamente relacionado con un pico de esta enfermedad (dos a tres meses antes). Luego de que las hojas se secan, los racimos no maduran y también se secan, un tiempo posterior. Esto se asocia a una densa cobertura de la canopia, alta humedad en el interior del parral y poca aireación. El inóculo (esporas del hongo), quedará en la hojarasca del suelo. Por este motivo hay que estar atento a las condiciones climáticas del siguiente ciclo vegetativo y realizar un tratamiento fitosanitario temprano y específico para esta enfermedad, con un producto sistémico.

Control de malezas con MCPA y glifosato: se debe respetar la dosis por hectárea (1,5 l/ha), teniendo presente que a mayor concentración mayor efectividad. Por este motivo es necesario calcular la concentración en función de la cantidad de líquido que se gasta de modo efectivo por hectárea. Se recomienda solicitar un cálculo de la concentración que corresponda a la cantidad de agua (medio) que se gasta por hectárea. La dosis de glifosato líquido (concentraciones desde el 38%  hasta el 66%), según el nivel de infestación, puede variar de 2 a 6 l/ha. En el caso del glifosato sólito la dosis es de 2 a 3 kg/ha; por ende, la concentración también variará según el agua que se gaste.

Poda: hay plantas con signos de enmaderamiento; por lo que se debe hacer una podar de rejuvenecimiento eliminando un bracero por invierno y redistribuyendo su carga entre los braceros que quedan. De no proceder de este modo, los elementos de fructificación se alejarán paulatinamente de la cruz (por las características propias de crecimiento de la vid), dificultando la llegada de nutrientes y provocando una disminución en la producción.

Flame Seedless: las plantas en las que se aplicó el sistema DOV reaccionaron de modo perfecto en la zona de producción de madera. Se observa un grupo de plantas secas que responden a una intoxicación severa con cloro (bordes de hojas necrosados o secos y caída de limbo, quedando el pecíolo adherido al sarmiento). Se estima que se trata de un sector alto, por lo que recibe menor cantidad de agua y no se produce un lavado o lixiviación de sales, las que se acumulan a lo largo del ciclo. Se recomienda, en otoño-invierno, con niveleta o rastrón nivelar estos sectores (todos los altos observados presentan el mismo síntoma).

Poda de rejuvenecimiento: se observan plantas con excelente expresión vegetativa y signos de enmaderamiento. En este caso, ya se aplica un criterio de renovación correcto al eliminar un bracero enmaderado y mal ubicado (uno por planta y por ciclo).

Riego: para optimizar el agua de riego y aumentar su eficiencia, se recomienda aplicar el mismo criterio de sistematización observado anteriormente (bordos en todas las hileras y/o todas las melgas). Es posible abordar todas las hileras tapando las plantas con rastra. A su vez, se puede hacer incorporación de guano de cabra con hoyadora de 90 cm de largo y 30 cm de diámetro a razón de un hoyo entre dos plantas (al medio de la melga), melga por medio o en todas las melgas (evaluar el costo y tiempo operativo).

Cereza nuevo: se aconseja que toda planta que no llegó a la altura de los alambres debe ser podada a dos yemas. Al siguiente año, con un sistema radicular más fuerte, llegará en un solo tramo, evitando cortes en la conexión vascular.

Opciones de injerto a ojo dormido: a) cortar y formar en el año, sin competencia con ninguna parte de la planta vieja; b) cortar dejando parte de la planta vieja, corriendo el riesgo de que el injerto no crezca con fuerza y se logre su formación en dos ciclos. Hay que tener presente que, de haber fallado el injerto, se pude hacer uno nuevo en septiembre con circulación de savia (T leñoso).

En general, el manejo es correcto, las plantas tienen excelente expresión vegetativa y están equilibradas. La sanidad es buena al igual que el vigor.


Figura 1. Signos de intoxicación con cloro. Se produce 1) necrosado marginal del limbo; 2) necrosado total del limbo; 3) caída del limbo seco; 4) el pecíolo queda adherido al sarmiento y mantiene una coloración amarillenta.


Figura 2. Intoxicación con boro y cloro. El boro produce una acumulación de moteados o puntuaciones negras en el margen de la hoja.


Figura 3. Bracero enmaderado: poda de rejuvenecimiento (eliminación de un bracero/año).



Figura 4. Signo de peronóspora. Este hongo quedará en la hojarasca del suelo, por lo que se debe hacer un tratamiento preventivo temprano, durante la temporada en verde.


Figura 5. Diferentes formas de armar bordos para aumentar la eficiencia de riego.



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