Observaciones
y recomendaciones
Cuartel de
Bonarda. Se observan signos de intoxicación con boro y cloro (ver figuras).
Esto puede estar ligado al contenido salino del agua de pozo, ya que la
sistematización y formación de bordos de riego es óptima y no se perciben
desniveles. Por otro lado, hay grupos de plantas que tienen hojas secas que no
responden a un secado por cloro. Una intoxicación por cloro genera una caiga el
limbo, manteniendo el pecíolo adherido al sarmiento. Se observan hojas con
signos de peronópora en estado detenido y se estima que el secado total de plantas,
estuvo directamente relacionado con un pico de esta enfermedad (dos a tres
meses antes). Luego de que las hojas se secan, los racimos no maduran y también
se secan, un tiempo posterior. Esto
se asocia a una densa cobertura de la canopia, alta humedad en el interior del
parral y poca aireación. El inóculo (esporas del hongo), quedará en la
hojarasca del suelo. Por este motivo hay que estar atento a las condiciones
climáticas del siguiente ciclo vegetativo y realizar un tratamiento
fitosanitario temprano y específico para esta enfermedad, con un producto
sistémico.
Control de
malezas con MCPA y glifosato: se debe respetar la dosis por hectárea (1,5
l/ha), teniendo presente que a mayor
concentración mayor efectividad. Por este motivo es necesario calcular la concentración en función de la
cantidad de líquido que se gasta de modo efectivo por hectárea. Se
recomienda solicitar un cálculo de la concentración que corresponda a la
cantidad de agua (medio) que se gasta por hectárea. La dosis de glifosato
líquido (concentraciones desde el 38%
hasta el 66%), según el nivel de infestación, puede variar de 2 a 6
l/ha. En el caso del glifosato sólito la dosis es de 2 a 3 kg/ha; por ende, la
concentración también variará según el agua que se gaste.
Poda: hay
plantas con signos de enmaderamiento; por lo que se debe hacer una podar de rejuvenecimiento eliminando un bracero por invierno y
redistribuyendo su carga entre los braceros que quedan. De no proceder de este
modo, los elementos de fructificación se alejarán paulatinamente de la cruz
(por las características propias de crecimiento de la vid), dificultando la llegada
de nutrientes y provocando una disminución en la producción.
Flame
Seedless: las plantas en las que se aplicó el sistema DOV reaccionaron de
modo perfecto en la zona de producción de madera. Se observa un
grupo de plantas secas que responden a una intoxicación severa con cloro
(bordes de hojas necrosados o secos y caída de limbo, quedando el pecíolo
adherido al sarmiento). Se estima que se
trata de un sector alto, por lo que recibe menor cantidad de agua y no se
produce un lavado o lixiviación de sales, las que se acumulan a lo largo del
ciclo. Se recomienda, en otoño-invierno, con niveleta o rastrón nivelar estos
sectores (todos los altos observados presentan el mismo síntoma).
Poda de
rejuvenecimiento: se observan plantas con excelente expresión vegetativa y
signos de enmaderamiento. En este caso, ya se aplica un criterio de renovación
correcto al eliminar un bracero enmaderado y mal ubicado (uno por planta y por
ciclo).
Riego:
para optimizar el agua de riego y aumentar su eficiencia, se recomienda aplicar
el mismo criterio de sistematización observado anteriormente (bordos en todas
las hileras y/o todas las melgas). Es posible abordar todas las hileras tapando
las plantas con rastra. A su vez, se puede hacer incorporación de guano de cabra con hoyadora de 90 cm de largo y 30 cm de
diámetro a razón de un hoyo entre dos plantas (al medio de la melga), melga por
medio o en todas las melgas (evaluar el costo y tiempo operativo).
Cereza nuevo:
se aconseja que toda planta que no llegó a la altura de los alambres debe ser
podada a dos yemas. Al siguiente año, con un sistema radicular más fuerte,
llegará en un solo tramo, evitando cortes en la conexión vascular.
Opciones de
injerto a ojo dormido: a) cortar y formar en el año, sin competencia con ninguna
parte de la planta vieja; b) cortar dejando parte de la planta vieja, corriendo
el riesgo de que el injerto no crezca con fuerza y se logre su formación en dos
ciclos. Hay que tener presente que, de haber fallado el injerto, se pude hacer
uno nuevo en septiembre con circulación de savia (T leñoso).
En general, el
manejo es correcto, las plantas tienen excelente expresión vegetativa y están
equilibradas. La sanidad es buena al igual que el vigor.
Figura
1. Signos de intoxicación con cloro. Se produce 1) necrosado marginal del limbo;
2) necrosado total del limbo; 3) caída del limbo seco; 4) el pecíolo queda
adherido al sarmiento y mantiene una coloración amarillenta.
Figura
2. Intoxicación con boro y cloro. El boro produce una acumulación de moteados o
puntuaciones negras en el margen de la hoja.
Figura
3. Bracero enmaderado: poda de rejuvenecimiento (eliminación de un
bracero/año).
Figura
4. Signo de peronóspora. Este hongo quedará en la hojarasca del suelo, por lo
que se debe hacer un tratamiento preventivo temprano, durante la temporada en
verde.
Figura 5. Diferentes formas de armar bordos para aumentar la eficiencia de riego.
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