Un insecticida orgánico es un producto diseñado para controlar plagas de insectos de manera natural y respetuosa con el medio ambiente, utilizando ingredientes que se derivan de fuentes orgánicas. Estos insecticidas buscan minimizar el impacto negativo en el ecosistema, evitando el uso de sustancias químicas sintéticas dañinas.
Algunos ingredientes comunes en los
insecticidas orgánicos incluyen:
Aceites esenciales:
Extractos de plantas como el aceite de neem, aceite de citronela, aceite de
eucalipto, y aceite de menta pueden tener propiedades insecticidas y
repelentes.
Jabones insecticidas:
Los jabones a base de potasio o sodio, a menudo derivados de aceites vegetales,
pueden ser efectivos para controlar plagas al actuar sobre su cutícula y
membranas celulares.
Bacterias y hongos:
Algunos insecticidas orgánicos contienen bacterias, como Bacillus thuringiensis
(Bt), o hongos, como Beauveria bassiana, que son patógenos naturales de
insectos y se utilizan para el control biológico.
Extractos de plantas: Además
de los aceites esenciales, otros extractos de plantas pueden ser utilizados,
como el piretro, que se deriva de las flores de crisantemo, y el azadiractin,
que se encuentra en el neem.
Tierras de diatomeas:
Este polvo está compuesto por restos fosilizados de diatomeas, y actúa dañando
la cutícula de los insectos.
Es importante destacar que, aunque estos productos se
consideran más naturales y menos tóxicos que los insecticidas químicos
convencionales, aún deben ser utilizados con precaución y de acuerdo con las
indicaciones del fabricante. También es esencial considerar la compatibilidad
con los principios y regulaciones de la agricultura orgánica si estás
cultivando alimentos orgánicos.
Uso:
diario.
Preparados
Alcohol de ajo. Se usa como fungicida o contra pulgones. Se prepara con 5 dientes de ajo licuados durante tres minutos con 500 ml de alcohol etílico. Se cuela. Se diluye 1 parte del preparado 1 parte de agua. Se conserva en heladera.
Extracto picante de ajo:
ají picante 500 g; ajo 500 g; pimienta entera 250 g; alcohol 500 ml – Tritura
el ají. El ajo y la pimienta con el alcohol – macerar 24 h – diluir a 5 l de
agua y conservar por 2 semanas – colar. Usar al 10 %
Quema el exoesqueleto.
Extracto de ajo: 1
cabeza de ajo; 4 ajíes; 1 cebolla – Mixear y llevar a olla de con 1 l agua –
hervir 15 min – Enfriar, colar y atomizar.
Caldo de
cenizas. Este libera dióxido de potasio que es el principio activo.
Además, libera silicatos contenidos en la ceniza. El
silicato es abrasivo y mata. Forma un gel.
Ingredientes 10 l de agua; 2 kg de cenizas + 400 g de jabón blanco. Se
puede agregar luego 0,5 l de aceite vegetal para que tenga efecto sobre
cochinillas.
Se diluye al 5% y se
pulveriza con mochila.
Macerado
de paraíso. Su principio activo, limonoide, inhibe la alimentación del
insecto y el desarrollo de pupas y larvas. Puede ser tóxico para animales.
Controla pulgones y
ácaros.
Hay que machacar con un mortero los frutos del paraíso.
Macerar por 72 h. Disolver el jabón en agua (un par de horas), filtrar el
macerado con colador y mezclar con la solución jabonosa.
Dilución 10%.
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