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martes, 6 de febrero de 2024

Clásica intoxicación con Boro

A medida que avanza el ciclo, se va acumulando boro en el borde de las hojas más viejas. 

Esto se acentúa en terrenos mal nivelados, naturalmente salinos o riegos deficitarios.



Plantas que se le murieron sin razón…

Un productor nos consulta sobre algunas plantas que se le murieron sin razón…

Muerte súbita en plantas de vid… no, seguro que no.
Salvo se trata de un caso muy extraño de Flavescencia dorada, causada por micotoxinas, no podemos referirnos a muerte súbita, siempre hay una razón.

     
   

Se trata de un caso común de daño de helada. Esto se genera cuando los riegos se prolongan hasta mayo y las temperaturas medias son relativamente altas.
De esta forma, la vid produce el taponamiento de los haces vasculares: tubos cribosos (floema) y elementos de vasos (xilema) de modo tardío y sin poder expulsar toda el agua de sus tejidos.



Cuando baja la temperatura, se produce formación de hielo en el interior de la planta.
El hielo, aumenta su tamaño (menor densidad que el agua) y lacera los tejidos.



El floema, tejido vivo, queda expuesto y se seca, interrumpiendo el flujo de circulación de savia y matando a la cepa.


Plantas decrépitas: punto de corte.

Plantas decrépitas ¿Qué hacer?
Este tipo de plantas están en punto de corte, el que se alcanza cuando el costo de producción iguala al ingreso.
Esta situación, hace necesario evaluar el manejo y centrar las decisiones en los costos de producción.


Biología reproductiva Lobesia botrana


Tratamientos para vid, luego de tormentas de granizo

Una tormenta de granizo, dependiendo de la época del año y estado vegetativo de las plantas, puede provocar daños en troncos, sarmientos, brotes, follaje y fruto. Hay situaciones en las que el daño es grave y afecta el 100% de la producción o más, ya que daña las yemas que fueron inducidas como frutales y que representan la producción del siguiente ciclo.

En los casos en los que la incidencia de la granizada fuera baja, existe una alta proporción de hojas y frutos dañados. Las lesiones en hojas implican una menor taza de acumulación de azúcar en las bayas, retrasando el proceso de maduración. Sin embargo, en los racimos, luego de envero y hasta cosecha, se produce una situación de inestabilidad ligada a: 1) la presencia de azúcar y 2) una herida abierta (lesión), que permite el ingreso de agentes patógenos causales de podredumbres.

Se pueden generar estrategias de acción para reducir los efectos negativos del granizo que incluyan la realización de tratamientos químicos (pulverizaciones y espolvoreos) y/o alternativas no químicas centradas en aspectos organizacionales, seguros o adelantar la cosecha.

 

Figura 1. Uvas afectadas por piedra y un efecto secante por la aplicación de tratamiento fitosanitario.

 

En general; cuando se producen condiciones de inestabilidad relacionadas con las lesiones de las uvas y la presencia de azúcar, se trata de pudriciones secundarias y, al no realizar acciones preventivas, se podría desencadenar un proceso de pérdida total.

Al momento de decidir la realización de un tratamiento fitosanitario hay que tener presente el destino de la producción, nivel de daño en bayas y tiempo de carencia del producto, entre otros como la fecha de cosecha estimada.

Muchas alternativas químicas no podrán ser empleadas, por sus prolongados tiempos de carencia. No obstante; hay productos desinfectantes que poseen cortos periodos de carencia que impiden el inicio de podredumbres.  Existiendo la evidencia de focos de pudrición es necesario un tratamiento químico con pulverización o espolvoreo.  Las recetas secantes con espolvoreo, en general, emplean productos con bajo tiempo de carencia u orgánicos (tierras de diatomea, cal, talco, oxicloruro de cobre y azufre [1]).

Las alternativas no químicas se centran en acelerar la cosecha, lo que no sería posible si las uvas no tienen contenido suficiente de azúcar. Por otra parte, si las hojas fueron lesionadas el proceso de maduración se demoraría más de lo común.

Cuando cae piedra y los daños son graves, los productores se preguntan si es necesario podar para recuperar la planta. El INTA, a través de ensayos realizados en uva de vinificar y otros destinos, recomienda no podar.

 

 Figura 2. Defoliación producida por granizo.

 

Estudios realizados respecto a poda luego de una pedrada


El día 3 de diciembre del año 2002, en San Juan, se produjo una granizada [2] en los departamentos de San Martín, Caucete, Angaco y 9 de Julio que afectó gran parte de la superficie cultivada. En vid para consumo en fresco, las pérdidas fueron del 100%. Por lo ocurrido, desde la EEA San Juan - INTA, se realizó una evaluación de recuperación de plantas con diferentes niveles de poda en verde para la variedad Superior Seedless, replicando el mismo estudio en uvas de vinificar.

Según los estudios realizados, los tratamientos que tuvieron mayor intervención en verde, luego de la granizada (poda mixta y poda de pámpanos a dos yemas), fueron los que presentaron mayor porcentaje de guías sanas al momento de la poda invernal. Sin embargo, al evaluar el número total de brotes, número de brotes de yemas francas y número total de racimos, los mismos tratamientos mostraron los valores más bajos respecto a estas variables. A su vez; los tratamientos con menor intervención en verde luego de la piedra fueron los que presentaron los mayores valores en producción y calidad.

Por lo tanto; comparando plantas sin intervención en verde respecto a plantas podadas luego de una pedrada, no se justifica realizar esta práctica en cuanto a rendimiento, calidad y costos.

 

¿Qué hacer?

 

La recomendación técnica, cuando ocurren granizadas tempranas es no podar en verde ya que a la semana se producirá un rebrote de pámpanos y, en 20 o 30 días más, la planta habrá formado un gran número de hojas que compensarán las pérdidas por el accidente climático. Además; la recomendación de realizar tratamientos fitosanitarios en vid se centra en desinfectar las heridas de la planta provocadas por la piedra y favorecer procesos de cicatrización en brotes y sarmientos. Esta acción puede lograrse con oxicloruro de cobre en altas dosis (hasta 7,5 kg/ha) y/o la aplicación de otros fungicidas de amplio espectro como folpet (1,6 kg/ha). Si la uva contiene azúcares, ya que inició su proceso de maduración, una pulverización con dióxido de cloro aplicado en pulverización (1 l/ha – producto fungistático).

No lo dude; si sus plantaciones sufrieron una tormenta de granizo y no hubo pérdida total, haga un control fitosanitario conveniente. Para eso consulte con su Ingeniero Agrónomo de confianza o vaya a la agencia de extensión del INTA más cercana.



[1] El Azufre puede detener la fermentación del mosto si no se respeta un PC de 30 días.

[2] Por la fecha de ocurrencia se considera granizada temprana afectando a la mayoría de los órganos verdes de la planta (brotes, hojas y racimos)

 

jueves, 1 de febrero de 2024

Uvas afectadas por granizo y tratamiento con productos fungiestáticos

La vid: fisiología básica




Las plantas, como todo ser viviente, cumplen funciones fisiológicas que les permiten llevar a cabo procesos vitales. Al referirse a estos procesos se habla de respiración, fotosíntesis, transporte de azúcares, absorción de agua, transpiración, crecimiento y reproducción.

Absorción de agua y transporte de azúcares. La planta cuenta con un sistema de pequeños vasos de conducción llamados Xilema y Floema. El xilema, transporta savia bruta desde las raíces (órganos de absorción) hasta las hojas. El floema, a diferencia del xilema, transporta savia elaborada; es decir azúcares, principalmente bajo la forma de sacarosa, que es producida por las hojas en el proceso fotosintético y que luego es transportada a otras zonas de la planta en activo crecimiento (brotes, racimos, flores, hojas nuevas, raíces) o zonas de almacenamiento (tronco, braceros, raíces).

Transpiración. A través del xilema, el agua absorbida por las raíces, llega a las hojas mediante un proceso llamado transpiración. En el proceso de transpiración, análogo a las personas, la planta cede vapor de agua a la atmósfera y es lo que permite mantener un flujo de circulación de agua en su interior, transportar elementos minerales desde las raíces a otras de sus partes (hojas, tallos, troncos y frutos) y regular su temperatura. Las hojas poseen estomas (pequeños poros en su lado abaxial o inferior) que es por donde transpira o cede vapor de agua a la atmósfera y por donde ocurre el intercambio de gases (dióxido de carbono y oxígeno). Todo esto permite que, durante las horas de luz, ocurra el proceso llamado fotosíntesis.

Fotosíntesis. En este caso, también existe intercambio de gases a través de los estomas de las hojas, por lo que deben estar, necesariamente, abiertos. Cualquier factor de estrés ocasionaría su cierre y, por lo tanto, se interrumpe dicho proceso. Durante la fotosíntesis la planta absorbe CO2 del ambiente y con energía solar lo fija y lo transforma en azúcares que utilizará para alimentar racimos, brotes y almacenar reservas para la brotación del próximo año.

Si una planta no tiene suficiente humedad en el suelo, cierra sus estomas para no deshidratarse, de este modo no transpira y tampoco realiza fotosíntesis, perjudicando su crecimiento.

Respiración. Otro fenómeno que ocurre durante el día y sobre todo durante la noche, es la respiración. Mediante esta se transforman los azúcares resultantes de la fotosíntesis (y almacenados durante el día), en energía que utilizará la planta en otros procesos.