Uso de portainjertos. Antes de decidir sobre la
conveniencia del uso de un portainjerto y su tipo es necesario hacer una
evaluación del perfil del suelo con una calicata (1,8 m profundidad; 1,5 largo;
1 m de ancho) para evaluar: presencia de caliche, cambios de textura en el
perfil, tipo de textura, profundidad en la que se desarrolla el 80% de las
raíces, presencia de pie de arado, presencia de napas freáticas cercanas,
procesos de salinización, entre otros. A su vez, hay que evaluar en las raíces
de las plantas viejas efectos de nematodos y/o filoxera.
De no existir ninguno de los problemas mencionados no será necesario el
uso de un portainjerto. Sin embargo, de existir un problema sanitario (nematodos y/o filoxera)
se deberá usar un pie específico como Freedom o Paulsen 1103 (también Cereza),
entre otros. Por otro lado, si hay problemas de suelo; primero, se deberá solucionar
este y; segundo, se podrá usar un pie resistente a anoxia (asfixia de las raíces), suelos salinos y/o pesados como un Salt Creek o Cereza.
En el caso de decidirse por el uso
de un pie de la variedad Cereza se recomienda, luego haber realizado los
trabajo pre plantación, plantar las estacas (cuando las plantas lleguen a la
altura del alambre), hacer un injerto
a ojo despierto o a ojo dormido con la variedad deseada.
Trabajos previos el arrancado de
las plantas viejas (pre plantación). En una plantación nueva, en la melga y nunca
sobre la hilera, se debe garantizar 1 m
de profundidad para el crecimiento de la raíces. Por este motivo se
recomienda en uso de subsolador a 1 m de profundidad en todas las melgas y
cruzado. Esto romperá capas compactadas, caliche, pie de arado y facilitará el
drenaje. Si no se dispone de un tractor con la potencia suficiente, será
necesario hacer tantas pasadas, por la
misma línea, hasta que se alcance la profundidad deseada. Esto dependerá de
la potencia del tractor.
Regla general: potencia del tractor 1 HP/cm de profundidad efectiva.
Selección del material a
estratificar. Desde
un principio se debe descartar el material que presente cualquier tipo de defecto.
Preferentemente se deben seleccionar plantas productivas (se marcan en verano),
con sarmientos dorados, vigorosos, de aspecto sano, sin signos de oídio ni
peronóspora. Se debe tener presente que el sarmiento contiene sustancias de
reservas que, una vez hidrolizadas, serán el sustento para el crecimiento de
raíces. Por este motivo se descartarán sarmientos débiles y enfermos.
Siempre se debe tener la
precaución, durante todo el proceso, de que el material no se deshidrate. Las estacas se toman el mismo día de
la poda y se arman paquetes de hasta 100 estacas. Cada estaca debe tener, por lo
menos, 50 cm (hasta 6 yemas) y, de ser posible, un tocón o pedazo
de madera de dos años; por ende, se prefiere la extracción de las partes
basales del sarmiento. Este pedazo de madera, en la base del sarmiento,
garantizará suficientes reservas para la rizogénesis y brotación.
Luego, el mismo el material debe
ser estratificado; es decir, se entierra
a 1 m de profundidad y luego; se tapa y riega, manteniéndolo húmedo (un
exceso de agua provocará pudriciones o, por el contrario, si falta agua el
material se deshidratará). Se espera hasta el momento de la plantación con
hoyos que dejen expuestas sólo dos yemas. Hacer fertilización de fondo
(consultar antes de la plantación).
Los paquetes se deben desenterrar y dejar
en lavado con agua corriendo (agua del canal) de 12 a 24 h para eliminar
inhibidores de la brotación de yemas. Inmediatamente se planta el material y se riega el mismo día. El riego
se debe repetir con una frecuencia no superior a siete días, por surcos. Es de
suma importancia que el material no se deshidrate. Esto garantiza un 90% de
prendimiento.
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