Cuando se va terminando el ciclo, luego de la cosecha, las plantas agotaron sus reservas al máximo. Por este motivo, hay que destinar tiempo y dinero para reponer el nivel de reservas o lograr un “engorde” con el objetivo que la planta, durante el siguiente ciclo productivo, brote sin inconvenientes y lo comience con un nivel de reservas máximo.
Una vez terminada la cosecha, quedan pocos días útiles para realizar las últimas actividades del ciclo.
Una de ellas es la fertilización, calculada en base a la extracción de uva (rindes) y análisis de suelo y foliares. Nitrógeno, fósforo y potasio son los nutrientes que se absorben en mayor cantidad, sin embargo, deficiencias de potasio en la provincia, no se registran normalmente. Por otra parte, el fósforo, al ser no móvil en el suelo, puede ser aplicado al comienzo o al final del ciclo en grandes cantidades. El 11-52-00 o 18-46-00, si se aplica en una dosis que garantice el aporte de nitrógeno (se requiere el cálculo de un agrónomo), incorporado, puede utilizarse en poscosecha.
Respecto a nitrógeno, a diferencia del fosforo, es muy soluble y se lava (lixivia) o se va perdiendo con el tiempo, sobre todo si, con sucesivos riegos, se va por debajo de la zona de exploración de las raíces.
En este momento (poscosecha) se agrega el 40% de la necesidad total de fertilizante del año. De este modo, si se sabe que se necesitan por cada 10.000 kg de producción 70 U de nitrógeno y la cosecha fue de 30.000 Kg, deberé agregar en el año 210 U de nitrógeno, sin tener presente los aportes del suelo (si son altos se reduce la necesidad de reponer con fertilización), representa 84 U de nitrógeno en poscosecha. Dependiendo del contenido de nitrógeno del fertilizante que tengamos (nitrofosca 12%, triple quince 15%, sulfonitrato 26%, urea 46%, entre otros), se calcula la dosis de fertilizante por hectárea (si elijo urea, son 84 U x 2,17 = 182,6 kg/ha). Luego se distribuye en función de la cantidad de plantas por hectáreas, si las plantas están a 2 x 2, cada planta ocupa 4 m2; en 10.000 m2 existen 2.500 plantas.
Lo ideal es que existan 45 días desde la fertilización poscosecha hasta caída de hojas, teniendo en cuenta que siempre es mejor hacer la fertilización poscosecha que no hacerla, aunque sólo existan 10 días hasta caída de hojas.
La aplicación debe realizarse antes del riego, para que el nutriente se solubilice y se absorba. Si el fertilizante es no soluble (urea, triple quince, triple 19, fosfatados), se deben incorporar con pala o barreta. No es conveniente el uso de tractor, ya que en esta época crecen nuevamente las raíces (el primer pico de crecimiento de raíces es en floración) y se pueden romper, afectando la absorción y captación de nutrientes.
En el caso de que el fertilizante sea soluble (nitrato de amonio, sulfonitrato o T26), se pueden agregar al boleo o de modo superficial, seguido del riego. Otro aspecto es que la hoja debe mantenerse sana ya que sin hoja no puede completarse el proceso de absorción, ni es posible la acumulación de reservas. Por esta razón, otra práctica es la aplicación de un fitosanitario preventivo de peronóspora y oídio. Los productos más utilizados son oxicloruro (peronóspora) y azufre (oídio) a razón de 400 g/100 l respectivamente. Otros productos pueden utilizarse en función de disponibilidad (consultar listado de productos publicado en jvenesemprendedores.blogspot.com).
Esta aplicación foliar puede complementarse con ácido fosfórico (hasta 40 cm/100 l), sulfato de magnesio y sulfato de hierro (250 g/100 l respectivamente).
Coordinar los tiempos entre pulverización – fertilización – riego es algo complejo en función de la disponibilidad de agua, turnados, horas de riego, etc. Mantener la hoja sana por más tiempo contribuye con la acumulación de reservas y futura brotación.
En resumen:
1° Agregar un fertilizante vía suelo, preferentemente nitrogenado, que cubra necesidades sin excederse, ya que se produciría un rebrote que sería perjudicial.
2° Si se elige un fosforado, debe ser en cantidad tal que cubra la 40% de nitrógeno necesario en esta época.
3° Se debe tener un plan de fertilización anual, de no tenerlo, es buen momento para hacerlo con un ingeniero de confianza.
4° Regar luego de la fertilización.
5° Los fertilizantes no solubles o de liberación lenta, deben ser incorporados, preferentemente con pala o barreta.
6° Evaluar el momento, preferentemente antes de la fertilización, para realizar una aplicación fitosanitaria poscosecha contra oídio y peronóspora.
7° Mantener la hoja sana, por el máximo tiempo poscosecha garantiza una buena brotación.
8° 45 días antes de caída de hojas, es el ideal tiempo para acumulación de reservas.
9° Las raíces tienen un pico de crecimiento de raíces, importante, luego de cosecha.
10° La fertilización es cara, por ello debe hacerse de modo óptimo
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